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lunes, 28 de mayo de 2012

PAZ INTERIOR.......la caridad, el amor a Dios y al prójimo, es el camino seguro hacia la vida eterna.






«Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones»
La experiencia os demostrará que la paz,
que infundirá en vosotros la caridad,
el amor a Dios y al prójimo,
es el camino seguro hacia la vida eterna.

.
Nuestra época es una época de agitación y de in­quietud. Esta tendencia, evidente en la vida cotidiana de nuestros contemporáneos, se manifiesta también con gran frecuencia en el ámbito mismo de la vida cristiana y espiritual: nuestra búsqueda de Dios, de la santidad y del servicio al prójimo suele ser tam­bién agitada y angustiada en lugar de confiada y se­rena, como lo sería si tuviéramos la actitud de los ni­ños que nos pide el Evangelio.

Por lo tanto, es fundamental que lleguemos a com­prender un día que el itinerario hacia Dios y hacia la perfección que se nos pide es mucho más eficaz, más corto y también mucho más fácil cuando el hombre aprende poco a poco a conservar en cualquier cir­cunstancia una profunda paz en su corazón.

Esto es lo que pretendemos hacer comprender a través de las consideraciones de la primera parte. Enseguida pasaremos revista a todo un conjunto de situaciones en las que frecuentemente nos encontra­mos, intentando explicar el modo de afrontarlas a laluz del Evangelio, a fin de conservar la paz interior.

En la tradición de la Iglesia, esta enseñanza ha sido abordada frecuentemente por los autores espiri­tuales. La tercera parte consta de una serie de textos seleccionados de autores de diferentes épocas que recuperan e ilustran los distintos temas a los que aludimos.

 LA PAZ INTERIOR, CAMINO DE SANTIDAD

  SlN MÍ NO PODÉIS HACER NADA

Para comprender la importancia fundamental que tiene, en el desarrollo de la vida cristiana, el afán por adquirir y conservar lo más posible la paz del corazón, en primer lugar hemos de estar plenamente convenci­dos de que todo el bien que podamos hacer viene de Dios y sólo de Él. «Sin mí no podéis hacer nada»,ha dicho Jesús (Jn 15, 5). No ha dicho: no podéis ha­cer gran cosa, sino «no podéis hacer nada». Es esen­cial que estemos bien persuadidos de esta verdad, y para que se imponga en nosotros no sólo en el plano de la inteligencia, sino como una experiencia de to­do el ser, habremos de pasar por frecuentes fracasos, pruebas y humillaciones permitidas por Dios. Él po­dría ahorrarnos todas esas pruebas, pero son necesa­rias para convencernos de nuestra radical impotencia para hacer el bien por nosotros mismos. 

Según el testimonio de todos los santos, nos es indispensableadquirir esta convicción. En efecto, es el preludio imprescindible para las grandes cosas que el Señor hará en nosotros por el poder de su gracia. Por eso, Santa Teresa de Lisieux decía que la cosa más gran­de que el Señor había hecho en su alma era «haberle mostrado su pequenez y su ineptitud».

Si tomamos en serio las palabras del Evangelio de San Juan citadas más arriba, comprenderemos que el problema fundamental de nuestra vida espiritual llega a ser el siguiente: ¿cómo dejar actuar a Jesús en mí? ¿Cómo permitir que la gracia de Dios opere libre­mente en mi vida?

A eso debemos orientarnos, no a imponernos principalmente una serie de obligaciones, por buenas que nos parezcan, ayudados por nuestra inteligencia, según nuestros proyectos, con nuestras aptitudes, etc. Debemos sobre todo intentar descubrir las acti­tudes profundas de nuestro corazón, las condiciones espirituales que permiten a Dios actuar en nosotros. Solamente así podremos dar fruto, «un fruto que per­manece»(Jn 15, 16).

La pregunta: «¿Qué debemos hacer para que la gra­cia de Dios actúe libremente en nuestra vida?», no tie­ne una respuesta unívoca, una receta general. Para res­ponder a ella de un modo completo, sería necesario todo un tratado de vida cristiana que hablara de la ple­garia (especialmente de la oración, tan fundamental en este sentido...), de los sacramentos, de la purificación del corazón, de la docilidad al Espíritu Santo, etc., y de todos los medios por los que la gracia de Dios puedepenetrar más profundamente en nuestros corazones.

En esta corta obra no pretendemos abordar todos esos temas. Solamente queremos referirnos a un as­pecto de la respuesta a la pregunta anterior. Hemos elegido hablar de él porque es de una importancia absolutamente fundamental. Además, en la vida concreta de la mayor parte de los cristianos, incluso muy generosos en su fe, es demasiado poco conocido y tomado en consideración.
La verdad esencial que desearíamos presentar y desarrollar es la siguiente: para permitir que la gra­cia de Dios actúe en nosotros y (con la cooperación de nuestra voluntad, de nuestra inteligencia y de nuestras aptitudes, por supuesto) produzca todas esas obras buenas que Dios preparó para que por ellas caminemos (Ef 2, 10), es de la mayor impor­tancia que nos esforcemos por adquirir y conservar la paz interior, la paz de nuestro corazón.

Para hacer comprender esto podemos emplear una imagen (no demasiado «forzada», como todas las com­paraciones) que podrá esclarecerlo. Consideremos la superficie de un lago sobre la que brilla el sol. Si la su­perficie de ese lago es serena y tranquila, el sol se re­flejará casi perfectamente en sus aguas, y tanto más perfectamente cuanto más tranquilas sean. Si, por el contrario, la superficie del lago está agitada, removi­da, la imagen del sol no podrá reflejarse en ella.

Algo así sucede en lo que se refiere a nuestra alma respecto a Dios: cuanto más serena y tranquila está, más se refleja Dios en ella, más se imprime su imagen en nosotros, mayor es la actuación de su gra­cia. Si, al contrario, nuestra alma está agitada y tur­bada,  la gracia de Dios actuará con mayor dificultad. Todo el bien que podemos hacer es un reflejo del Bien esencial que es Dios. Cuanto más serena, ecuá­nime y abandonada esté nuestra alma, más se nos comunicará ese Bien y, a través de nosotros, a los de­más. El Señor .dará fortaleza a su pueblo, el Señor bendecirá a su pueblo con la paz (Ps 29, 11).

 Dios es el Dios de la paz. No habla ni opera más que en medio de la paz, no en la confusión ni en la agitación. Recordemos la experiencia del profeta Elias en el Horeb: Dios no estaba en el huracán, ni en el temblor de la tierra, ni en el fuego, ¡sino en el li­gero y blando susurro (cf. 1 Re, 19)!
Con frecuencia nos inquietamos y nos alteramos pretendiendo resolver todas las cosas por nosotros mismos, mientras que sería mucho más eficaz per­manecer tranquilos bajo la mirada de Dios y dejar que Él actué en nosotros con su sabiduría y su poder infinitamente superiores. Porque así dice el Señor, el Santo de Israel: En la conversión y la quietud está vuestra salvación, y la quietud y la confianza serán vuestra fuerza, pero no habéis querido (Is 30, 15).

Bien entendido, nuestro discurso no es una invita­ción a la pereza o la inactividad. Es la invitación a actuar, a actuar mucho en ciertas ocasiones, pero bajo el impulso del Espíritu de Dios, que es un espí­ritu afable y sereno, y no en medio de ese espíritu de inquietud, de agitación y de excesiva precipitación que, con demasiada frecuencia, nos mueve. Ese celo, incluso por Dios, a menudo está mal clarificado. San Vicente de Paúl, la persona menos sospechosa de pe­reza que haya existido, decía: «El bien que Dios hace lo hace por El mismo, casi sin que nos demos cuen­ta. Hemos de ser más pasivos que activos».

  PAZ INTERIOR Y FECUNDIDAD APOSTÓLICA

Hay quien podría pensar que esta búsqueda de la paz interior es egoísta: ¿cómo proponerla como uno de los objetivos principales de nuestros esfuerzos, cuando hay en el mundo tanto sufrimiento y tanta miseria?

En primer lugar, debemos responder a esto que la paz interior de la que se trata es la del Evangelio; no tiene nada que ver con una especie de impasibilidad, de anulación de la sensibilidad o de una fría indife­rencia encerrada en sí misma de las que podrían dar­nos una imagen las estatuas de Buda o ciertas actitudes del yoga. Al contrario, como veremos a continuación, es el corolario natural de un amor, de una auténtica sensibilidad ante los sufrimientos del prójimo y de una verdadera compasión, pues solamente esta paz del corazón nos libera de nosotros mismos, aumenta nuestra sensibilidad hacia los otros y nos hace dispo­nibles para el prójimo.
Hemos de añadir que únicamente el hombre que goza de esta paz interior puede ayudar eficazmente asu hermano. ¿Cómo comunicar la paz a los otros si carezco de ella? ¿Cómo habrá paz  en las familias, en la sociedad y entre las personas si, en primer lugar, no hay paz en los corazones?

«Adquiere la paz interior, y una multitud encon­trará la salvación a tu lado», decía San Serafín de Sarov. Para adquirir esta paz interior, él se esforzó por vivir muchos años luchando por la conversión del corazón y por una oración incesante. Tras dieci­séis años de fraile, dieciséis como eremita y luego otros dieciséis recluido en una celda, sólo comenzó a tener una influencia visible después de vivir cuarenta y ocho años entregado al Señor. Pero a partir de en­tonces, ¡qué frutos! Miles de peregrinos se acerca­ban a él y marchaban reconfortados, liberados de sus dudas e inquietudes, descifrada su vocación, y cura­dos en sus cuerpos y en sus almas.
Las palabras de San Serafín atestiguan su expe­riencia personal, idéntica a la de otros muchos santos. El hecho de conseguir y conservar la paz interior, imposible sin la oración, debiera ser considerado como una prioridad para cualquiera, sobre todo para  quien desee hacer algún bien a su prójimo. De otro modo, generalmente no hará más que transmitir sus propias angustias e inquietudes.

   PAZ Y COMBATE ESPIRITUAL

No obstante, hemos de afirmar otra verdad no me­nos importante que la enunciada anteriormente: que la vida cristiana es un combate, una lucha sin cuartel. En la carta a los Efesios, San Pablo nos invita a re­vestirnos de la armadura de Dios para luchar no con­tra la carne o la sangre, sino contra los principados y potestades, contra los dominadores de ese mundo te­nebroso, contra los espíritus malignos que están por las regiones aéreas (Ef 6, 10-17), y detalla todas las piezas de la armadura que hemos de procurarnos.

Todo cristiano debe estar firmemente convencido de que, en ningún caso, su vida espiritual puede serel desarrollo tranquilo de una vida insignificante, sin historia, sino que debe ser el terreno de una lucha constante, y a veces dolorosa, que sólo dará fin con la muerte: lucha contra el mal, las tentaciones y el pecado que lleva en su interior. Este combate es ine­vitable, pero hay que considerarlo como una realidad extraordinariamente positiva. Porque «sin guerra no hay paz» (Santa Catalina de Siena), sin combate no hay victoria. Y ese combate es realmente el terreno de nuestra purificación, de nuestro crecimiento espi­ritual, donde aprendemos a conocernos en nuestra debilidad y a conocer a Dios en su infinita miseri­cordia; en definitiva, ese combate es el ámbito de nuestra transfiguración y de nuestra glorificación.

Sin embargo, el combate espiritual del cristiano, aunque en ocasiones sea duro, no es en modo alguno la lucha desesperada del que se debate en medio de la soledad y la ceguera sin ninguna certeza en cuanto al resultado de ese enfrentamiento. Es el combate del que lucha con la absoluta certeza de que ya ha conseguido la victoria, pues el Señor ha resucitado: «No llores, ha vencido el león de la tribu de Judá» (Ap 5, 5). No combate con su fuerza, sino con la del Señor que le dice: «Te basta mi gracia, pues mi fuer­za se hace perfecta en la flaqueza» (2 Co 12, 9), y su arma principal no es la firmeza natural del carácter o la capacidad humana, sino la fe, esa adhesión total a Cristo que le permite, incluso en los peores mo­mentos, abandonarse con una confianza ciega en Aquel que no puede abandonarlo. «Todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Flp 4, 13). El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?»
 (Sal 27).

El cristiano, llamado como está a «resistir hasta la sangre luchando contra el pecado» (Heb 12, 4), com­bate a veces con violencia, pero combate con un co­razón sereno, y ese combate es tanto más eficaz cuanto más sereno está su corazón. Porque, como ya hemos dicho, es justamente esa paz interior la que le permite luchar no con sus propias fuerzas, que que­darían rápidamente agotadas, sino con las de Dios.

jueves, 17 de mayo de 2012

Dios Solo tiene la potestad y Conocimiento de saber cuando una persona deja de existir cual es la forma como va a dejar de existir, y el por que deja de existir. Al igual como se expuso antes cual es la finalidad para la cual fue creado.


Todos Somos Hijos de Dios


Como puede ser malo un Ser que halla tomado la decisión de crear algo tan maravilloso como lo es este planeta que llamamos los seres humanos Tierra.


Es en ella, en la que solo me basare en la Tierra, sin desconocer que existen otros planetas donde el ser humano con el conocimiento que hasta ahora Dios le a podido dejar conocer.

En el planeta tierra que el hombre habita por el consentimiento de Dios y que disfruta según su amaño y ellibre albedrio que Dios nos dio, que no es más que la libertad de hacer todo lo que nosotros decidamos realizar bueno o malo sin reservas.

Nuestro planeta Tierra, la Creación y nosotros mismos estamos y debemos ser regidos por unas Leyes Universales que debemos llamar y basar porque provienen Del Bien Absoluto, para describir este pensamiento me baso en la premisa, diciendo : Un ser superior al hacer el Agua, La tierra, Las Plantas Los Animales, etc... Y a todos asignarle una función, una cualidad especifica para su fin, determino y decreto que todo se usara para la conservación y felicidad y goce de los mismos que en ella habitaran. Ese Bien Absoluto, estaba pensando de manera Buena y ecuánime y como ejemplo a este punto menciono lo siguiente:

Para hacer una simple mesa de madera se debe calcular, medir, conseguir materiales, armar, cuando este terminada buscarle una función y un fin especifico bueno, al igual que antes de ponerse en la tarea de construirla el Creador de la mesa debe pensar en para que construir esa mesa.

Así mismo Dios antes, durante y después de la creación en su conocimiento infinito supo determinar el por que de toda la Creación, como su principio y su fin especifico para cual la crearía.

El haber expuesto lo anterior nos con lleva a concluir que nadie se pone a construir una mesa sin saber antes que la va a construir y para que, ni como la va construir y con que, cual va ser su fin, al igual si durante el tiempo esa mesa se estropea por alguna causa como repararla para que siga cumpliendo con la finalidad que se pensó desde su inicio.

Al igual para terminar esta reflexión, también ese Creador tiene, y tendrá la potestad de determinar cuando esa mesa de madera dejara de servir. En el caso de nosotros los seres humanos Dios Solo tiene la potestad y Conocimiento de saber cuando una persona deja de existir cual es la forma como va a dejar de existir, y el por que deja de existir. Al igual como se expuso antes cual es la finalidad para la cual fue creado.

Lo anterior se convierte en algo que llamamos Misterio, de manera simple Misterio, es todo lo que el hombre por su conocimiento limitado de las cosas racionales, materiales, espirituales y de Dios mismo no puede resolver y saber de forma Absoluta se convierte entonces y se dice que es unMisterio.

Solo atinamos a aceptar en nuestras creencias o en la mente misma que existen por el Espíritu de Dios que esta en nuestro interior, al Ser Hijos (Filiación Divina), de una creación misma dada por un Creador y que tenemos todos y repito esta en nuestro interior.

Cuando una dice cuando hace algo. Esto fue hecho por mi es mi creación mi obraes mi hijo, y tiene mi sello mi inteligencia, así mismo podemos asegurar que al ser nosotros obra y creación de ese Ser Superior que denominamos Dios o cualquier apelativo que se quiera utilizar para denominarlo, tenemos también su inteligencia limitada pero la tenemos, suEspíritu, y algo que quiero mencionar sus medidas, sus propósitos, su esencia, y por supuesto un fin y reitero suEspíritu Bueno.

Por lo tanto podemos concluir:

Todos Somos Hijos de Dios

Todos Somos Hijos de Dios


El Espíritu de Dios esta en todos nosotros en cualquier medida no importa cual y no es el momento de mencionar ni debatir solo nos compete saber somos Obra de un Creador, llevamos su Sello su Aliento su Espíritu y tenemos una finalidad y es Buena.

(Que en el camino esa finalidad buena se vea estropeada por nosotros mismos es distinto lo veremos mas adelante)


En el evangelio de hoy domingo leía con detenimiento una frase:

“Que tanto Amo Dios al mundo y su Creación que mando a su Hijo Amado para Salvarlo y no para Juzgarlo.”

Desde el inicio y remontando la historia y parte de la evolución y sin entrar a discutir con los evolucionistas, Deístas, y racionalistas, el hombre cuando empezó a evolucionar en toda su esencia física, mental, y espiritual no importa el año exacto de ello por que para Dios no existe Tiempo, Lugar, espacio, decimos que esta en todas parte.

Empezó el hombre entonces a acercarse a Dios, el por que es lógico, cada año que transcurre el hombre descubre como fue la creación y su finalidad, pero poniendo un ejemplo descubre pero jamás inventa la creación la creación desde su inicio ya esta dada.


Todo esfuerzo humano hay que diferenciarlo al descubrir algo en dos puntos:

1 - Para que nos sirve ese descubrimiento material.
(Su fin, el del creador )

2- Como esta hecho y como podemos cada vez más descubrir un poco.

Bajo estos pensamiento es complejo decir que el hombre Inventa, solo descubre lo que ya esta inventado por Dios o Creado, podemos también afirmar que el hombre solo Transforma, repara de alguna forma parte de la creación y descubre o modifica, fusiona para su uso material o espiritual lo que Dios ya ha creado, pero cuidado con esto,

Si Dios se lo permite.

En otro escrito anterior que tratare de incluir en este, decía plenamente el hombre jamás podrá hacer polvo, ni tierra, la tierra y el polvo ya están Creados, el hombre solo es un descubridor y Transformador de la creación, la Potestad de la creación esta Reservada solo al Creador.

(El hombre tarda años en descubrir lo que para Dios por decir algo
Tarda menos de un segundo.)



Cuando el hombre por su conocimiento, esfuerzo de racionalidad y estudio personal logra lo antes mencionado, solo lo logra por que Diosse lo permite y se lo revela en el tiempo y en el lugar que solo el con su autoridad sobre todas las cosas lo quiera.

Por ello un Hombre de Ciencia debe ser un Hombre de Fe, cuando un hombre invoca a Dios sin tener Ciencia de las cosas ya esta siendo Buen Hijo de Dios y por consiguiente se esta acercando a Dios que es la fuente misma de la Sabiduría y el Saber, y sin darse cuenta, es el mayor de los Científicos del mundo a si no tenga el estudio material y real de las cosas.

Según esta premisa si el Científico mas galardonado tiene y posee ese conocimiento de las cosas y a descubierto y puesto al servicio de la humanidad inventos materiales que sirven para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la misma pero carece en su esencia de Fe y creencia de Dios, a si el espíritu de Dios este en el por ser hijo de El, debe reconocer al final de los tiempos de su existencia que todo lo obtuvo, no fue gracias a su esfuerzo si no por que Dios se lo permitió y se lo revelo.

Con gran dolor podrá expresar que todos los esfuerzos en parte fueron en vano por que fue un instrumento que Dios utilizo para acabar de concluir su obra pero en des fortunio para el No pudo gozar de la plenitud de los dones que Dios extiende a los que por fe Creen en el, lo respetan, y obedecen sus leyes Universales dadas desde el principio de la creación.

La base Universal y el principio de todo lo creado.
Es como mencione antes
El Bien Absoluto.


En conclusión todo científico, intelectual, persona corriente por torpe o ignorante con dinero o humilde que se parezca si carece de Fe , se esta perdiendo de gozar de la fuente de Gracias Absolutas que vienen del Bien mismo que es el Creador y por ello su existencia en la tierra fue en Vano, Fue una mesa que no cumplió con la finalidad para la cual fue creada como expuse anteriormente con un ejemplo, además que solo paso por el mundo siendo objeto de la creación pero lastima da que no pudo descubrir su verdadera esencia ni la finalidad para la cual fue creada.


Insistiendo con tozudez en esta reflexión el hombre debe tratar por todos los medios de encontrarse no solo físicamente si no mental y espiritualmente con su Creador buscando por todos los medios lícitos posibles la fuente del Bien Absoluto que provienen del Creador, de no hacerlo en todo su esplendor perdió la única oportunidad que tubo de cumplir la finalidad para la cual fue Creado.

Consiente que estos pensamientos podrán ser muy complejos para unos y muy primarios para otros lectores invoco a Dios me ayude a tratar de definir de la manera mas lógica, y sencilla posible para que yo sea el medio o el canal de instrucción para tantos lectores desprevenidos e incautos que no han tenido la Gracia del Deseo de reconocerse fiel mente hijos de Dios.

Reconocerse Hijo de Dios fruto de la creación es por consiguiente una Gracia que solo Dios por su infinita Misericordia dispensa a las personas que de alguna manera por su libre albedrio retornan de pensamiento a El y lo reconocen como Bien Supremo de todo lo existente, material y espiritual.

El hombre Fue creado por Amor, y si esta bien y no ofendo a Dios con esta expresión por Misericordia de El, además hizo al hombre perfecto lo dejo libre, además le dio todo un planeta Tierra lleno de riquezas materiales, naturaleza, animales con dones exquisitos y esplendidos para nuestro disfrute material, al igual nos dio el gran poder de sentir, tener compasión, de amar, todas estas anotaciones anteriores provienen de la fuente de Amor infinito del Dios mismo, por ello se dice y se replica que somos hechos a imagen y semejanza deDios Mismo, además nos dio su Espíritu suAliento, y como descubrir estas ultimas palabras tan densas y difíciles de comprender para una persona del corriente.

Cuando un ser humano se maravilla de cualquier elemento de la Creación un animal, la belleza de una flor, la delicia de una planta, el olor y el goce de una cosa en particular, se conmueve con el llanto de un niño, o en su defecto con la muerte de un ser querido, El haber sentido esto alguna vez en su vida o con mucha frecuencia de alguna forma debe aceptar que esta reconociendo la esencia misma y la maravilla de un Ser Superior, esta reconociendo la impotencia al no poder resolver la enfermedad o partida de un ser amado, además cuando ama reconoce que ese amor es dado por Dios, a si su mente se niegue hasta la muerte a reconocerlo.

En alguna parte de la historia que conocemos por el antiguo testamento, y en la vida publica de Jesús y después de ella, con las apariciones de Virgen Santísima, con los Milagros que a diario se realizan en nosotros y que muchos disfrutamos por la misericordia de Dios y que el permite que ello suceda, nos damos entonces cuenta que Dios sigue Nuestros pasos muy de cerca que no nos deja solos y que si en algún momento de nuestra existencia notamos su ausencia (enfermedad, pobreza, fracaso, falta de medios espirituales desamor soledad opresión, destierro, lujuria, vanidad, maltrato, incomprensión en fin ), no es por que el lo quiera si no mas bienpara que nosotros mismos lo busquemos lo reconozcamos y enderecemos el Camino que con lleva a reconocerlo amarlo y respetarlo como se ama y respeta a la madre o al padre acá en la Tierra.

El Hombre por lo terco e ignorante no en ciencia si no en conocimiento de Dios mismo ha sido propiciador de grandes desastres, magnicidios, y ofensas contra la Creación misma y por consiguiente contra Dios Mismo, y retornando al pensamiento por lo tercos que hemos sido a través de la historia y lo poco evolucionados que hemos sido.

Hoy por hoy le hemos dado más relevancia a falsos Dioses como en el antiguo testamento al Dios Baal.

Para su conocimiento hago un paréntesis y les menciono quien era el dios Baal

¿Quién era el dios Baal?


Derriba el altar de Baal" (v. 25). Recordemos que el pueblo de Israel estaba rodeado de pueblos paganos con ideas contrarias a la enseñanza de Moisés; y los paganos no sólo estaban alrededor, sino que de acuerdo al libro de Josué, dichas personas vivían inmersas en las mismas comunidades israelitas. Las religiones cananeas contaminaron la mentalidad del pueblo de Dios y uno de los cultos más populares en Canaán fue el culto del Dios Baal: En el panteón cananeo Baal era hijo del dios El y esposo de la diosa de la fertilidad llamada Asera y otras veces llamada Anat. De acuerdo a la mitología cananea Baal era el Dios de la tormenta y por lo tanto proveedor de sustento. Los cultos dedicados a dicha deidad eran terribles orgías de desenfreno sensual como de derramamiento de sangre de niños y de mujeres vírgenes. De allí que vemos como Dios le ordena a Gedeón que destruya la estatua de Baal porque no se puede servir a Dios con Baales en nuestro corazón.

El Señor Jesucristo dice en el Sermón de la Montaña que:

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Mateo 6:24)


El Baal de hoy es, el deseo de dinero fácil, la sexualidad desmedida y no fundamentada en el deseo de una procreación como mandato de Dios si no como fruto de un placer efímero temporal y pasajero.

Queremos estar llenos de ciencia de conocimiento desmedido proveer a nuestras familias y a nosotros mismos de una vida regalada y llena de placeres materiales, y temporales pasajeros y efímeros a acusa hasta del mismosufrimiento de otros menos fuertes que nosotros, de cualquier forma fomentamos el rencor la envidia, la habladuría de nuestros hermanos los mas próximos, y de nuestra propias familias olvidándonos que

TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS

Haciendo todas estas cosas estamos adorando como en la antigüedad al dios Baal y estamos ofendiendo a nuestro prójimo, por consiguiente a:

Dios mismo Nuestro creador fuente del Bien absoluto
Y del Amor mismo.



Por ello queridos hermanos y amigos míos, los llamo así por que quiero referirme a que todos somos iguales todos somos hijos de un mismo Dios, sin importar raza religión, credo, posición, económica, nivel de ciencia o cultura, edad, sexo, o filiación política, y por enzima de nuestras fuerzas de nuestros deseos de nuestras debilidades y paciones debe empezar a imperar en nosotros ese deseo ese aliento que llevamos dentro que denominamos Espíritu Santo, y que por ello nos reconocemos Hijos de un mismo creador y hermanos en Cristo que vino al mundo por mandato de nuestro padre Dios No para Juzgar al Hombre si No para que todo el que crea en El se salva.

Jesucristo Verdadero Dios y verdadero Hombre vino al mundo para que el que crea en el siga su camino y se salve. Los que hemos sido bautizados en Cristo, y nos reconocemos hijos de Dios profesamos una sola Fe, la Fe de la razón, la Fe de sabernos hijos de un mismo Dios al ser de una misma familia con un mismo padre todos somos hermanos, Hermanos en Dios, hermanos en Jesucristo, y en una misma Fe.

Por ello en la profesión de Fe decimos:

EL CREDO

Símbolo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,Creadordel cielo y de la tierra.
Creo en 
Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor,
Que fue 
concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, 
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de 
Poncio Pilato,
fue 
crucificado, muerto y sepultado,descendió a los infiernos,
al tercer día 
resucitó de entre los muertos,subió a los cielos
está sentado a la derecha de DiosPadretodopoderosoDesde allí ha de venir
a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el 
Espíritu Santo,
la santa 
Iglesia católica,
la 
comunión de los santos,
el 
perdón de los pecados,
la 
resurrección de la carne
y la 
vida eterna.Amén.
CredoNiceno-Constantinopolitano


Al ser Todos Hijos de Dios, del Mismo Jesucristo, que es el mismo Dios, me pregunto siempre y me consume el alma además que me da vergüenza al pensar y repensar el por que en el mundo debe existir y existe hasta el día de hoy tanta falta de Amor. Y de justicia que conlleva a la paz verdadera

A esa pregunta es la que el mismo Jesucristo antes de su partida nos dijo:

Yo regresare pero cuando la Paz, el Amor y la Justicia en el mundo entero este restablecida

Hermanos míos por que desde ahora los seguiré llamando así después de explicar suficientemente que Todos Somos Hijos de Dios, entonces todos somos hermanos e iguales.

Por consiguiente desde ahora y con laGracia que Dios nos dispensa en este escrito a través del Espíritu Santo que me obliga a escribir y a usted a leer y comprender y aceptar estas Verdades absolutas debemos pues empezar a pensar de modo diferente a tratar por todos los medios de pedirle a ese Creador Dios que nos mande las fuerzas, los pensamientos, las personas, las situaciones, y nos cambie de forma de pensar, actuar y desear para que así con la Ayuda del Espíritu Santo que esta en nosotros y por la Voluntad denuestro libre albedrio todos nuestros pensamientos, y actos retornen a la fuente misma de la creación misma que es el Solo Dios Verdadero Fuente de todo bien y de Amor Infinito, cuando por un instante y con un solo pensamiento aceptemos estas verdades entonces ha comenzado nuestro cambio, el verdadero cambio que Dios nos pide que consiste en restablecer el Amor, la Paz, y la justicia en todos los Hombres, Naciones y Pueblos de la Faz de la Tierra.

Particularmente pienso que la Vida misma la creación misma, Los hombres en todo su contexto de pensamiento, obras, amor, y Tiempo, al igual que a través de la historia sin importar como dije antes cuantos años han transcurrido o falten, se parece al movimiento que genera un péndulo de un reloj, o mas bien si se puede describir de otra manera pero con el mismo sentido, a un circulo cuyo inicio comienza con Dios creador, va avanzando lentamente en su evolución mental espiritual y material, a medida que pasan los horas y los segundos poco a poco por su mismo albedrio unos mas tarde, otros mas temprano se dan cuenta de lo Grande, Poderoso, Rico que es Dios y toda la fuente de Gracias que emanay como mencione antes ya empieza su camino como el péndulo de retroceso hacia la fuente de donde partió que es Dios, o como el ejemplo del circulo, sale de Dios de acuerdo a lo largo o corto de su existencia personal o del mundo a través del tiempo que Dios con su autoridad tiene estipulado que dure, empieza a retornar a el por su mismo albedrio, después de encontrar tropiezos, angustias, desengaños, desamores, entonces el hombre podrá invocar o recurrir a estas palabras.

“Todo el que este cansado y agobiado
POR ALGUNA SITUACION material o espiritual, VENGA EN POS DE MI QUE YO LO ALIVIARE……..

Si hacemos uso de estas lindas palabras podremos encontrar la paz que nos falta y aliento que hemos perdido por causa de nosotros mismos por meternos poco a poco por el mal camino por el camino que conduce al desamor al infortunio, y la intranquilidad en nuestra alma.

El Hombre busca por todos los medios la felicidad y no la encuentra en lo material en lo temporal en el sexo, drogas, licor, dinero, fama, poder, ciencia, y demás que podemos mencionar pero solo encontrara espinas y dolor, por que allí no esta ni estará nunca, ni encontrara la Fuente de todo Bien de Toda Gracia, La Fuente de Todo Amor y Felicidad. Que es Dios.

Solo cuando reconozca a Dios Como Fuente de todo Bien de toda Gracia podrá sentir la felicidad en su corazón y la Paz en el Corazón que tanto anhela así sea es mas pobre, el mas enfermo o el mas pequeño.

Dicho de otra forma hermanos míos en Cristo, hasta que el Hombre no Busque el Reino de Dios y cito al Evangelista Mateo de diferentes formas como se quiera decir o entender:

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
Añadidas.
(Mat 6:33)

Mat 6:33
Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por
Añadidura.

Mat 6:33
"Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo
Que él les pide. Todo lo demás, él se los dará a su tiempo.


Mat 6:33
Así que, primero busquen el reino de Dios y el bien que Dios quiere que hagan,
Y se les dará todo lo que necesitan.

Mat 6:33
Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que
Es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas.

Estas diversas formas en diferentes sentidos del evangelista y confirmado por millones de personas que después de trasegar por el mundo y divagar sin encontrar la felicidad y la paz, decidieron cambiar de vida y de forma de pensar y actuar y empezaron a arrancar de su vida todo lo que les hacia daño a ellos mismos y a los demás, esas personas muchas dan fe y testimonio están a nuestro lado y muchos que todavía no conocen del amor de Dios se preguntan de donde sacan tantas fuerzas y que es lo que los impulsa a ser valientes y a pregonar el Amor a Dios.


La existencia del pecado y
la evidencia de Satanás


La existencia del pecado y la evidencia de Satanás en cualquier forma en la mente, cuerpo y en la acción de cada persona,
Se define así:

Al principio todo fue bueno y maravilloso por ser sencillo al hablar, los seres humanos, con espíritu de Dios y los ángeles puros sin cuerpo material pero con conocimiento, pureza y semejantes
a Dios mismo.

Dios a ángeles y personas de ayer y hoy les dio un tesoro el Libre albedrío, que fuéramos libres en la toma de decisiones, algunos ángeles en cabeza de uno solo como líder se revelo y quiso formar su grupo aparte y rechazo toda norma, voluntad y conocimiento del bien absoluto base de la creación.

La base de la creación y la ley universal en la faz de la tierra y el cosmos por decir algo es el bien absoluto que proviene de Dios creador.

Por conocer ellos la profundidad y misericordia de Dios incapaz de obrar el mal contra un hijo suyo ángel caído, o ser humano, entonces Dios mismo nos dejo libres para que eligiéramos entre las leyes universales que deben regir la tierra o la desobediencia fruto de la insinuación de los ángeles primeros que se revelaron repito teniendo en cuenta que conocen la misericordia de Dios que no atentaría contra ellos.

Como el ser humano en su esencia corporal es débil e inferior a los ángeles malos, empezó la batalla a través de la historia entre el bien y el mal.

La misión y el interés de Satanás es lograr demostrarle a Dios que el es superior y que podrá hacer sus propias leyes del mal en el universo contrarias a las de Dios.

Expuesto lo anterior es por ello que existe la maldad en cualquier forma en el mundo, hombres débiles sin conocimiento de Dios de sus leyes y sus bondades y delicias, pero hijos de el que actúan y se dejan llevar de forma irracional y con la insinuación de Satanás,

Como el mal desencadena en mal ley universal del mal y Satanás contraria a la del bien absoluto base de la creación de Dios,

Dios lo sabe todo por ser creador entonces poco a poco el hombre se ve inmerso en un mar de dudas , y vacíos, que por decir algo se parece en vivir un poco de infierno ya mismo acá en la tierra y el hombre inocente de lo que sucede a su alrededor se pregunta por que la maldad, por que me pasa este mal (pobreza fracaso económica, enfermedad, desamor, muerte, etc.). Se pregunta por que no soy feliz ?.

Y es allí cuando comienza el hombre a tratar de buscar la respuesta a todos estos interrogantes, pero cae y sigue en bebidas, negocios sucios lujurias y demás pecados insinuados por el diablo pero consentidos por el hombre y repito no es feliz.

El hombre a oído hablar de Dios pero no le interesa por que esta inmerso en muchos pecados seducidos por Satanás, pero poco a poco con la ayuda del espíritu santo (La gracia) que es mas grande que el pecado
( El bien absoluto ) y que todos llevamos dentro por ser hijos de Dios mismo, entonces es cuando empieza el Camino de regreso como un péndulo de un reloj, regreso a la fuente misma donde partió, cansado de trasegar por el mundo sin encontrar razón y felicidad.

Así este lleno de cosas o medios temporales, ese regreso es como un niño gateando receloso se va acercado a esa luz, Dios mismo el bien mismo y en pieza a sentir menos insatisfecho en su corazón y un poco de paz en su corazón, repito es allí que empieza la dura batalla entre el bien y el mal pero cada uno en su interior libra esa batalla conoce la palabra, la verdad revelada, a Jesucristo, sus enseñanzas, practica la religión pero le cuesta hacer la voluntad del padre que es el Bien mismo a el prójimo que es lo único que palpa por que a Dios solo lo palpa en su corazón por fe o verdad revelada.

Expuesto lo anterior por eso la persona con más presencia de Dios es tentada en mayor medida y con una tentación superior a la que la gracia de Dios ya le permitió superar. Ejemplo en la vida de regreso a la fuente somos como niños gatea dores, y la santidad es la graduación mayor con galardones por ello Jesús lo dice claramente ser Santos como mi padre celestial es Santo. (Lleno de Gracia de Bien de Majestad)

Hacer el bien al prójimo constituye entonces la punta de lanza y donde centra sus esfuerzos Satanás. Al hacerse mal al prójimo en cualquier forma se están violando las leyes de Dios el segundo mandamiento y la ley universal de todo lo creado que es el Bien absoluto.

Para terminar debemos centrar nuestros esfuerzos en hacer el bien absoluto base universal de todo lo creado al prójimo y así con ello estaremos ganando la batalla a Satanás y adorando al mismo Dios y cumpliendo la voluntad del Padre.

Mientras las personas no busquemos la luz, y reconocemos que estamos viviendo un infierno en la tierra a causa de nuestro consentimiento y de la insinuación del diablo y no queramos salir de allí es imposible restablecer la paz, la justicia y el Amor el la faz de la tierra.

Para Dios no existe el tiempo entonces al final del juicio personal de toda persona, pueblo, nación, serán tenidas la cantidad de obras buenas en contra y favor del prójimo de amor, justicia y de paz, de acuerdo a ello será nuestro paso a la eternidad antes o después del juicio final.


jueves, 10 de mayo de 2012

Jesús,¿Por qué no quitas el sufrimiento del mundo?


El problema no es de distancia, 
Sino de fe.
 No sueles hacer milagros donde no hay fe.
 Por ejemplo:
 Los Evangelios cuentan cómo en Nazaret no hiciste «muchos milagros a causa de su incredulidad» (Mateo 13,58). 

 Por eso a esta gente les pides un gesto de fe:
que se acerquen a Ti confiando en que les vas a curar.

Tal vez es que el sufrimiento físico,

 no es el verdadero mal, 

Sino que lo que te interesa es, sobre todo, el bien de las almas: que crean en Ti y que te amen de tal modo que hasta el sufrimiento tenga sentido.



«Jesús con sus discípulos se alejó hacia el mar; y le siguió una gran muchedumbre de Galilea v de Judea; también de Jerusalén, de ldumea, de más allá del Jordán, y de los alrededores de Tiro y de Sidón, vino hacia él una gran multitud al oír las cosas que hacia. Y dijo a sus discípulos que le tuviesen dispuesta una pequeña barca, por causa de la muchedumbre, para que no le oprimiesen; porque sanaba a tantos, que se le echaban encima para tocarle todos los que tenían enfermedades.
 Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se echaban a sus pies
 y gritaban diciendo: 

 Tú eres el Hijo de Dios. 
Y les ordenaba con energía que no le descubriesen.» 
 (Marcos 3, 7-12)

 Jesús, se te echan encima para tocarte, pues tan sólo con tocarte quedaban sanos. Pero ¿por qué es necesario que te toquen? ¿No te resultaría igual de fácil hacer el milagro «a distancia»? 

El problema no es de distancia, sino de fe. No sueles hacer milagros donde no hay fe. Por ejemplo, los Evangelios cuentan cómo en Nazaret no hiciste «muchos milagros a causa de su incredulidad» (Mateo 13,58). 
 Por eso a esta gente les pides un gesto de fe:
que se acerquen a Ti confiando en que les vas a curar.

Jesús, ¿por qué no curas a tanta gente enferma que existe a mí alrededor?
¿Por qué no quitas el sufrimiento del mundo? 
No nos quitas el dolor ni la muerte;
de hecho has querido que la Cruz sea la señal del cristiano. 
Tal vez es que el sufrimiento físico no es el verdadero mal, sino que lo que te interesa es, sobre todo, el bien de las almas:
 que crean en Ti y que te amen de tal modo que hasta el sufrimiento tenga sentido. 

«Jesús no curó a todos los enfermos. Sus curaciones eran signos de la venida del Reino de Dios. Anunciaban una curación más radical: la victoria sobre el pecado y, la muerte por su Pascua

En la Cruz, Cristo tomó sobre sí todo el peso del mal y quitó el pecado del mundo, del que la enfermedad no es sino una consecuencia. 

Por su pasión y su muerte en la Cruz, Cristo dio un sentido nuevo al sufrimiento: desde entonces éste nos configura con Él y nos une a la pasión redentora»

Jesús, haces milagros para mostrar que eres Dios; pero luego, ordenas que no te descubran. ¿Por qué? 
Porque te has de ir mostrando poco a poco, de modo que puedan entender quién eres. 
Yo también te voy conociendo poco a poco, te voy entendiendo poco a poco. 
Ayúdame a entenderte mejor para que pueda quererte más. 
Ayúdame a ser constante en la oración, a no dejarte; 
 entonces, te conoceré mejor y me enamoraré más de Ti. 

 «Comulga. No es falta de respeto. -Comulga hoy precisamente, cuando acabas de salir de aquel lazo. -Olvidas que dijo Jesús: no es necesario el médico a los sanos, sino a los enfermos?» (Camino.-536). 

Jesús, aquellas gentes buscaban tocarte para poder curarse. Yo también estoy un poco enfermo del alma. Pero Tú no quieres curarme «a distancia»; quieres que yo me acerque y te toque realmente. Y ¿qué mejor modo de «tocarte» que la comunión? 

Jesús, en la comunión te recibo físicamente: con tu Cuerpo, con tu Alma, con tu Sangre y con tu Divinidad. Además, sé que sólo puedo recibirte si no tengo pecados graves, por lo que el propósito de recibirte en la comunión, me lleva a confesarme primero, si me hace falta. Y luego, cuando te tengo dentro de mí, puedo pedirte perdón por las veces que te he fallado, y darte gracias porque te has quedado en la Eucaristía para que pueda recibirte y tratarte y amarte. 

«Y dijo a sus discípulos que le tuviesen dispuesta una pequeña barca». Jesús, me pides que disponga lo mejor posible mi pequeña barca, mi pobre corazón, para que puedas meterte dentro y dirigirlo a donde quieras. 

Quiero tener un corazón muy limpio, muy lleno de amor, que esté dispuesto para recibirte como mereces en la comunión. Y si no lo está, Jesús, lo limpiaré para poder comulgar con piedad. Así te demuestro mi fe; esa fe que necesitas para seguir realizando en mí tantos milagros. 

Vemos en el Evangelio de la Misa a tanta gente necesitada que acude a Cristo (Lucas 6, 19; 8, 45). Y les atiende, porque tiene un corazón compasivo y misericordioso. 

Las muchedumbres andan hoy tan necesitadas como entonces. También ahora las vemos como ovejas sin pastor, desorientadas, sin saber a dónde dirigir su vida.

La humanidad, a pesar de los progresos, sigue padeciendo la gran falta de la doctrina de Cristo, custodiada sin error por el Magisterio de la Iglesia. 

Las palabras del Señor siguen siendo palabras de vida eterna que enseñan a huir del pecado, a santificar la vida ordinaria, las alegrías, las derrotas y la enfermedad..., 

y abren el camino de la salvación. En nuestras manos está ese tesoro de doctrina para darla a tiempo y a destiempo
 (2 Timoteo, 4, 2). 
Ésta es la tarea verdaderamente apremiante 
que tenemos los cristianos. 

Para dar la doctrina de Jesucristo es necesario tenerla en el entendimiento y en el corazón: meditarla y amarla. Necesitamos conocer bien el Catecismo, esos libros "fieles a los contenidos esenciales de la Revelación y puestos al día en lo que se refiere al método, capaces de educar en una fe robusta a las generaciones cristianas de los tiempos nuevos" 
(JUAN PABLO II, Catechesi tradendae). 

Os entrego lo que recibí (1 Corintios, 11, 23), decía San Pablo.

 Id y enseñad..., nos dice a todos el mismo Cristo. Se trata de una difusión espontánea de la doctrina, de modo a veces informal, pero extraordinariamente eficaz, que realizaron los primeros cristianos como podemos hacerlo ahora: 
De familia a familia, entre los compañeros de trabajo, en la calle, en la Universidad:
 Estos medios se convierten en el cauce de una catequesis discreta y amable, que penetra hasta lo más hondo de las costumbres de la sociedad y de la vida de los hombres.

Al advertir la extensión de esta tarea ?difundir la doctrina de Jesucristo- hemos de empezar por pedirle al Señor que nos aumente la fe.

Debemos tener en cuenta que sólo la gracia de Dios puede mover a voluntad para asentir a las verdades de la fe

Por eso, cuando queremos atraer a alguno a la verdad cristiana, debemos acompañar ese apostolado con una oración humilde y constante; y junto a la oración, la penitencia, quizá en detalles pequeños, pero sobrenatural y concreta.

Señor, ¡enséñanos a darte a conocer! Santa María, ¡ayúdanos para que sepamos ilusionar a otros muchos en esta noble tarea de difundir la Verdad!